Y le siguen lloviendo pedradotas al Chente

Y mientras tanto Ciro y Joaquín "los trepadores" junto con su Director en MILENIO se defienden:

Yo nunca fui al rancho
Joaquín López Dóriga

El pez por la lata muere. Florestán



El martes pasado escribí aquí sobre el reportaje del rancho de los Fox en portada y páginas a color en la revista Quién, calificando la exhibición como un error, un exceso, un “innecesario alarde de ostentación y lujo”.

Insistía en qué necesidad, porque no entendía, como aún no entiendo, el mensaje que nos estaban enviando.

“No se exponen los Fox –decía– así como así a la grosera exhibición en la que se habla desde su cava, con vinos de las mejores reservas del mundo, hasta del chef que se llevaron de Los Pinos, pasando por las amenities Bulgari del baño de visitas, la alberca y las vistas al lago. Estamos ante una de esas expresiones de quienes hacen pública su vida privada y luego se quejan de invasión a la intimidad”.

Tratando de encontrar el porqué sólo hallé una posibilidad: “Alardear de su próxima boda religiosa”, concluyendo así: “De verdad que no tienen remedio”.

Esta columna, junto con la de mi amigo y compañero Ciro Gómez Leyva, fue tomada por el conductor del noticiario de Telemundo en Chicago, Vicente Serrano, para su entrevista con Fox, quien contestó con una andanada que el mismo Ciro reprodujo ayer bajo el título “Ciro y Joaquín, trepadores que ahora sí pueden criticar: Fox”.

“Bueno –exclamó Fox– hasta lo que no comen les hace daño. Pero entendemos esa crítica, entendemos que es de oposición. En otros tiempos ni Ciro ni Joaquín se permitían hablar de esto porque no los dejaban los gobiernos anteriores. Han criticado con mucha falta de información (...). Pero aquellos que viven de gorra se la pasan criticando, se la van a pasar tratando de trepar a base de criticar a otros”.

Ahora blindado desde la copresidencia de la Internacional Demócrata del Centro, añadió:

“Joaquín López-Dóriga ha estado en la casa, él la conoce y él sabe de dónde viene esta casa y sabe cómo la construí”.

Independientemente de esto, sigo pensando lo mismo sobre la irrupción de los Fox y su rancho en la revista del corazón: pero qué necesidad.

Y tan es un error, que produjo efectos en todos los frentes: al interior de su partido; en el Congreso, donde la oposición quiere formar una comisión para investigarlo y condicionó la aprobación del presupuesto federal a una investigación a los Fox, provocando un impacto imprevisto en el quehacer de la casa presidencial, donde aún no entienden qué mensaje les quiso mandar el ex presidente, pero ya lo resienten.

Por lo demás, sobre su comentario de que yo conozco su casa, que he estado ahí y que sé de dónde viene y cómo la construyó, pues no; no sé de dónde viene esa casa, sé que es la familiar, y tampoco sé cómo la construyó; no la conozco porque nunca estuve ahí y no estuve ahí porque nunca fui invitado, lo que debe constar en los registros de seguridad del Estado Mayor Presidencial.


El fin del mito de
Fox el honesto
Ciro Gomez Leyva

Se ha dicho en este espacio que la verdad de un mito no radica tanto en su contenido, como en el hecho de ser una creencia aceptada por gran parte de la sociedad. El mito es una creencia compartida, no una verdad sujeta a verificación.

Será difícil después de lo ocurrido ayer que el mito de Fox el honesto tenga larga vida. Revoloteaban las historias de Marta Sahagún y sus hijos, las de Caminos y Puentes Federales, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en fin, y aun así se podía seguir escuchando: “… pero era honesto”.

Sin embargo ayer, jueves 20 de septiembre de 2007, como si se hubieran puesto de acuerdo, MILENIO, Reforma y El Universal publicaron tres reportajes distintos que zarandearon el mito: el rancho de Fox era una ruina en el año 2000, Fox se hizo de propiedades lujosas siendo Presidente y Marta Sahagún gastaba sin pudor en viajes y lujos.

Ayer, asimismo, empujada por el PRI y el PRD, se formalizó en la Cámara de Diputados la petición para crear una comisión que investigue el manejo de los recursos de la presidencia foxista. “Pensábamos que era sólo un delincuente electoral, pero no, también es un ladrón vulgar”, lo vituperó el líder de la bancada perredista, Javier González Garza.

El mito se derrumba. Y todo porque a los Fox se les hacía tarde para revelarnos en la revista Quién que, como a muchos otros, el paso por la política les resolvió sus problemas materiales, los de sus hijos y los de sus nietos.

Por cierto, el jueves 20 de septiembre de 2007, Fox fue nombrado en Roma copresidente de la Internacional Demócrata de Centro. Y durmió en el hotel donde Marcello Mastroiani y Anita Ekberg recrearon momentos maravillosos del mito de La Dolce Vita.

Ya se le extrañaba
Carlos Marín

Por Ciro Gómez Leyva en MILENIO de ayer se conoce que él y Joaquín López-Dóriga fueron calumniados por Vicente Fox, al afirmar que están entre “aquellos que viven de gorra” y “se la pasan criticando”.

Fox sabe que miente: Ciro y Joaquín se ganan la vida ejerciendo el oficio libérrimo del informar y opinar, y en sus espacios (electrónicos e impresos) informaron que el ex presidente y su esposa exhibieron su faraónica intimidad y opinaron (con otras palabras) que la vida que lleva la pareja ex presidencial ofende a la sociedad, ni se diga cuando dejaron a su suerte a millones de jodidos por los que nada hizo el foxiato.

Lo lenguaraz, que tantos problemas generó en su propio gobierno y los de varios otros (dentro y fuera de México), vuelve a meter a los Fox-Sahagún en un escándalo más.

Ahora que (la neta) por esto mismo a Fox se le extraña: los diputados priistas y perredistas ya condicionan el presupuesto de 2008 a que primero sea investigada su riqueza.


TRASCENDIO
Milenio

Que
en su encuentro con la comunidad mexicana de Chicago, Vicente Fox ofreció donar las botas y la hebilla con su nombre que utilizó durante su gobierno al Museo “de las Bellas Artes” Mexicanas, que está en el barrio Pilsen.

También fue pródigo en foxiadas: aseguró que uno de sus logros fue conseguir que las mexicanas “ya no estén como las escopetas: cargadas y en el rincón…”.

Que la remodelación del rancho San Cristóbal, exhibido por la pareja Fox-Sahagún en la revista Quién, “no es reciente”.

Ayer desde Nueva York, el ex canciller Jorge Castañeda comentaba que ya en febrero de 2001, para la visita del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, la propiedad de Vicente Fox estaba prácticamente como aparece en la publicación.

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