La dolce vita de los Fox

Nudo Gordiano
Yuriria Sierra


Ya comentábamos ayer, en este mismo espacio, que el ex presidente Vicente Fox volvió a dar la nota. Esto tras una entrevista publicada en la revista Quién, donde la pareja de San Cristóbal, lejos de perderse en el anonimato de la vida en el campo, regresa a acaparar el reflector gritando a los cuatro vientos sobre su ranchito.

Y es que, después de su vida en Los Pinos, nada volvió a ser igual. Con el sueño de Fox de crear su propia biblioteca como la de los ex presidentes estadunidenses John F. Kennedy, George W. Bush y Bill Clinton, trabaja a marchas forzadas para terminar lo antes posible su Centro Fox. ¿Será que ahora sí va a leer por lo menos un libro? Digo, porque es probable que por ahí encontremos autores tan exquisitos y pensadores tan irreductibles como José Luis Borgues, el "premio Nobel colombiano" Mario Vargas Llosa o Rabina la Gran Tagora… Puros incunables.

Pero Vicente, ahora ya no es únicamente un gran lector: se estrena como escribano. Así que mientras domingo, lunes y martes, Vicente Fox fue la nota nacional con su "allá en su rancho grande", ya para el miércoles Chente volvía a los reflectores internacionales. Le cuento:

1) Hold your horses, Vicente. El ex presidente Fox se aventó la puntada de hacer, no sólo una, sino hasta dos autobiografías: la primera, que saldrá a la venta próximamente en Estados Unidos, titulada Revolution of hope (o sea, la Revolución de esperanza… ¿de cuál, exactamente?). Y, para que no quede ninguna duda de los dones de doña Marta, con su teacher en inglés, será en ese idioma en el que esa primera autobiografía se presentará en los apartados de novedades en Amazon.com y en Barnes&Noble. En México será publicada la segunda, de la cual todavía desconocemos el título.

Mago de los medios como es, Vicente Fox dio inmediatamente la nota en Estados Unidos. El diario The Washington Post reveló el miércoles algunos extractos del libro La Revolución de la esperanza, en el que Fox Quesada escribe que Bush es "el tipo más arrogante y engreído con el que me he reunido jamás en la vida" y un "vaquero de parabrisas, atemorizado de cabalgar un caballo poderoso". Y este es el juicio que Fox deja a la Historia y la posteridad sobre su ex homólogo estadunidense: "Un amante de los caballos siempre puede darse cuenta cuando otros no comparten nuestra pasión". Peor aún, para documentar la ingenuidad de la política bilateral de los dos países durante su mandato, narra que George W. Bush le dijo que lograrían la reforma, porque para entonces el mandatario del vecino país del norte "había mejorado su español y dominado el saludo masculino tradicional de la cultura mexicana, el abrazo". Razones de enorme peso en ésta y en cualquier otra relación bilateral, sin duda…

2) Benvenuto, ragazzo. Sin embargo, para ayer jueves, Bush y Estados Unidos ya eran cosa del pasado en la agenda mediática del ex presichente Fox. Llegó a Roma, para participar en la reunión del Comité Ejecutivo y de Líderes de la Internacional Demócrata del Centro, acompañado desde luego por Marta Sahagún y el dirigente nacional del PAN, Manuel Espino (quien desde hace algunos meses anunció la intención de impulsar a Fox como nuevo dirigente de ésta, hasta ahora, un poco anónima organización). Quienes, para variar en sus gustos de millonarios de jet set mexicano, se hospedaron en uno de los hoteles más caros y lujosos de Roma, el Westin Excélsior (de a 12 mil varitos la noche), donde se llevó a cabo la reunión en la que Vicente Fox fue elegido "copresidente" (cualquier cosa que este rimbobante hueso, perdón, cargo, quiera decir). Pero nos quedamos, como lo reseñó un colega nuestro, con la imagen de este hotel que salió en la famosa película de Federico Fellini… Así pues, si hace unos días veíamos en la revista Quién una foto que recordaba al afiche de Lo que el viento se llevó, en Roma nos quedamos con la de La dolce vita de los Fox

El Fisgón. Enriquecimiento ilícito.

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