Remodelaron sin licitar cabañas de Los Pinos

Jorge Ramos
El Universal

La remodelación de las cabañas donde habitó el ex presidente Vicente Fox en Los Pinos durante su sexenio no fue transparente, representó gastos excesivos e incluso el contenido de la auditoría practicada por la entonces Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) se mantuvo oculta durante seis años.

La auditoría a la construcción y remodelación de las cabañas de la residencia oficial de Los Pinos, cuya copia tiene EL UNIVERSAL, revela el cúmulo de irregularidades cometidas que llevaron a la renuncia de uno de los amigos del presidente Vicente Fox, Carlos Rojas Magnon.

Contrario a lo que se informó en aquel año, que el contratista, arquitecto Humberto Artigas, fue llevado por José Fox Quesada, hoy se confirma, según declaración de Mario Barjau Granel, apoderado legal de la empresa Humberto Artigas y Asociados, SC, contenida en la auditoría, que la invitación fue hecha directamente por el primer mandatario, sin licitación de por medio.

El escándalo afloró el 20 de junio de 2001 cuando se divulgaron gastos onerosos —marcados por la adquisición de toallas de 4 mil pesos cada una— para la casa presidencial.

De acuerdo con los documentos de la auditoría y con funcionarios que formaron parte de dicha investigación, las toallas de 4 mil pesos, que fueron emblema del escándalo, ni siquiera llegaron a utilizarse porque la empresa contratada no las entregó.

El 20 de julio del 2002, este diario reveló que el gasto total para remodelar las cabañas y el exterior de Los Pinos, así como la casa Miguel Alemán, costó 62 millones de pesos.

La auditoría 2015 aplicada del 20 al 28 de junio de 2001 muestra que “se celebraron contratos para la remodelación de obra en la residencia oficial de Los Pinos durante el periodo de diciembre de 2000 a abril de 2001 por un importe de 61 millones 895 mil 898.87 pesos, adjudicándose de manera directa al contratista Humberto Artigas y Asociados, SC”.

Según la compulsa realizada por los auditores, se logró documentar la facturación pagada de 27 millones 118 mil 679 pesos a la empresa de Artigas, pero no del resto de los recursos.

La Contraloría federal halló diversas irregularidades que detalló en ocho observaciones, entre ellas el que se adjudicó “sin licitación y sin la debida justificación y fundamentación (...) ya que el argumento esgrimido de la confidencialidad y seguridad nacional se desvirtúa por la subcontratación de obras”.

Los contralores determinaron que “el fundamento legal esgrimido en el apartado de declaraciones, referente al artículo 42, fracción IV de la Ley de Obras Públicas y Servicios, relacionados con las mismas, no es aplicable toda vez que el desarrollo de los trabajos fue realizado por diversas empresas constructoras, situación que no garantizaba la confidencialidad de la información para el gobierno federal”.

Artigas subcontrató las cuatro obras que le adjudicó la Presidencia a Técnicas Avanzadas de Promoción Inmobiliaria, SA de CV; Construcciones y Destajos Especiales, SA de CV; Aicon, SA de CV; Arquitecto Jorge Conde Guzmán; Grupo Valerio, SA de CV, Myo —esta última con el mismo domicilio de la empresa de Artigas—, entre otras.

En la auditoría se explica que ocurrió duplicidad en la suscripción del contrato de obra pública AD-269-00 por la remodelación de las cabañas 1 y 2 de la residencia con un monto de 6 millones 336 mil 500 pesos, con plazos de ejecución distintos.

También hicieron pagos anticipados por un monto de 9 millones 600 mil pesos, previos a la suscripción del contrato AD-009-01.

Los auditores de la Contraloría detectaron que el proveedor entregó 204 bienes por un importe de 2 millones 550 mil 597.5 pesos, de un total de 475 bienes requeridos, a pesar de que la Presidencia de la República les liquidó 100% de lo contratado.


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