Fox, como el jibarito

Federico Berrueto
Milenio


Vicente Fox, loco de contento con su cargamento no se advierte en falta. De acuerdo con la información de Reforma, se llevó a casa documentos oficiales, no le dio ni para las copias, se llevó los originales porque no sabe distinguir entre lo propio y lo ajeno; por eso se asume inocente. Hace gala de riqueza injustificada, según Lino Korrodi. El cinismo no conoce límites con Fox, pretende hacer de ello virtud, explicación y blindaje.

El problema no es Fox sino la impunidad que prevalece en el país. La alternancia en la Presidencia y el arribo al poder del partido más demandante de una nueva ética en el gobierno, no ha servido siquiera para atenuar la desbordada corrupción que caracteriza a la vida pública con PRI o sin PRI, lo que se constata en la cotidianidad de las personas.

La burla de Fox es para todos, especialmente para el gobierno de Calderón, al que exhibe complaciente ante un legado de corrupción. Aquí se dijo hace tiempo que Germán Martínez, uno de los mejores políticos de la nueva camada, contrario al grupo de Fox, nada tenía que hacer en la Secretaría de la Función Pública, por su cercanía con el Presidente; la acción o la omisión de la dependencia serían de Los Pinos. En este caso, hay para pensar que se ha decidido dejar transcurrir el tiempo y apostar a la desmemoria. Otros remiten la explicación a la prudencia del Presidente. El problema para Martínez es que el señor Fox, por los extremos de frivolidad y ligereza, no se deja ayudar en tal comprometedora tarea.

Las merecidas palabras de recriminación del presidente Calderón del viernes, por la mediocridad de las élites, implican que el gobierno abandone la complacencia frente al estado de cosas. ¿Qué hará Calderón? Indagar en el pasado es incómodo. Sin embargo, no es opción, sino obligación legal. No actuar frente a las recurrentes evidencias de venalidad en la gestión de su antecesor, no sólo lo debilita, sino que abre la sospecha de desorden propio y connivencia, por decir lo menos.

Fox ha sometido a Calderón a un difícil y complicado dilema. Abrir el frente interno al momento de elegir dirección nacional del PAN, es un inconveniente. Además, el perfil de las elecciones locales anticipa que el Presidente tendrá que enfrentar para la segunda parte de su gobierno, una Cámara en la que el PRI será primera fuerza, con un PAN venido a menos (quizás con el triunfo en elecciones concurrentes de gobernador) y con López Obrador con estrella ascendente.

Fox es peor que tonto o imprudente. Insiste en una aventura internacional que implica formas de intervencionismo que el país históricamente ha repudiado. Frente a los hechos que indican enriquecimiento desmedido, recurre a las palabras y los dichos. No son los críticos, son sus palabras y las evidencias expuestas por él mismo, las que lo condenan. Todo un desafío a la presunción de inocencia. Ahora tiene que dar explicaciones por escrito a sus financiadores de que no desvía el dinero de donativos.

Si para Fox defender su causa precisa de la escisión del PAN, no dudaría. En su partido hay fisuras de origen, particularmente por la corriente ultra y la sinarquista, que han sido un implante incómodo en un partido predominantemente avenido al laicismo propio de Manuel Gómez Morín. El centrismo de Calderón les viene mal; no faltará quien considere las palabras del viernes un ultraje. Un partido a la baja produce recriminación al Presidente, por ello Manuel Espino traslada al equipo de Los Pinos la explicación de los resultados adversos.

A Calderón corresponde frenar a Fox. No se trata de un manotazo, simplemente de aplicar la ley y que las indagatorias sobre la corrupción cobren curso legal. Fox no sabe de responsabilidades presidenciales porque en su turno todo lo asociaba a la tradición autoritaria. Para él, la democracia requería una Presidencia desentendida, desordenada y sumisa hacia los factores de poder. Los límites y la responsabilidad no son lo suyo. Por tal razón, simplemente no entiende ni puede entender a su sucesor.

El Congreso, a iniciativa del PRI, resuelve investigar las cuentas del señor de los cuentos. El PRD en lo suyo, secunda y el PAN —dividido— le defiende, perdiendo elecciones y en medio del fuego cruzado. En la investigación del pasado, va de por medio la credibilidad de la autoridad. Hay mucha tela donde cortar: las aduanas, el aeropuerto del DF, la enciclomedia, la Lotería Nacional, ISOSA, la biblioteca Vasconcelos, Pemex, etcétera, etcétera, etcétera. Por lo pronto los mexicanos a comer chicharrón y el señor Fox de jibarito.

Trascendió
Milenio

Que vaya sorpresa la que se ha registrado en los chats y foros de internet de los panistas, en los que se ha comenzado a criticar severamente a Vicente Fox, luego de que apareciera haciendo ostentación de riqueza en la revista Quién.

Pero las críticas a Fox son nada en comparación con las que se hacen a su esposa Marta Sahagún.

Que el show internacional de Vicente Fox tendrá una escala de “ensueño” en Houston, Texas.

El lunes 15 de octubre, el ex presidente dará una conferencia titulada “La vida, fe y sueños de un presidente mexicano”, promovida por el World Affairs Council of Houston, dentro del ciclo “La revolución de la esperanza”.

No se informa si el fondo musical correrá por cuenta de Los Violines de Villafontana, ni si habrá beso a Marta Sahagún. Los precios para escuchar a Fox esa tarde oscilarán entre los dos y los 50 dólares.

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