Fox

Germán Martínez Cázares
El Universal

Escogieron a Fox. Todavía no lo perdonan. Les agravia que en el año 2000, después de una gesta histórica, después de 70 años de gobiernos priístas, precisamente fue él quien desalojó al PRI de Los Pinos. Decidieron hacerlo nuevamente blanco de sus ataques, de su coraje y de su preocupación por perder otra vez.

Nada nuevo. El PRI responde, sigue atrás, da vueltas sobre sí mismo y apenas reacciona. Resulta, sin embargo, sorprendente, por el tamaño de su incongruencia, que le PRI diga que Fox no ha rendido cuentas.

Es precisamente el gobierno de Vicente Fox el que marca un cambio histórico en cuanto a la transparencia del ejercicio de gobierno en México, y es justamente en ese sexenio cuando se funda el Instituto Federal de Acceso a la Información, para asegurar que todos los ciudadanos puedan conocer el ejercicio, la práctica y los gastos del gobierno federal.

A Fox, como a cualquier gobernante en un sistema democrático, se le puede criticar y señalar errores y equívocos; pero a él jamás, si se tiene honestidad de criterio, se le puede acusar de no haber rendido cuentas como ningún otro presidente lo hizo antes en México.

Es evidente que erraron el tiro los priístas. Vamos a la defensa de Fox. Y si los priístas quieren comparar resultados de gobierno a nivel federal, estatal o municipal, adelante, bienvenidos a una campaña de contraste sobre propuestas y logros de gobierno.

¿Van a sacar del baúl las poderosas tesis económicas de López Portillo? ¿Van a defender con lágrimas en los ojos al peso o a nacionalizar algunos bancos como a él le gustaba hacerlo?

¿A Luis Echeverría como ejemplo de tolerancia a la pluralidad y a la libertad de expresión? ¿Llamarán a Miguel de la Madrid para volver a endeudar al país y disparar la inflación? ¿En verdad quieren recordar el gobierno de Carlos Salinas?

Podríamos seguir y recordarle a los ciudadanos el gobierno de Carrillo Olea con su ola de secuestros en Morelos, o hablar del Quintana Roo de Mario Villanueva y sus nexos con el narcotráfico, o bien, abundar en la gestión en Jalisco de Cosío Vidaurri, sin dejar de rememorar el inexplicable enriquecimiento de Arturo Montiel, maestro de Peña Nieto, por sólo citar algunas de sus cartas fuertes.

Los panistas nunca nos vamos a oponer a la rendición de cuentas públicas de ningún gobernante; por supuesto, tampoco de uno de los nuestros. Es principio ético de gobierno rendir cuentas, pero en el PAN no admitimos supuestas lecciones de transparencia de quienes todavía tienen cuentas pendientes con la historia, aunque éstos quieran confundir a los ciudadanos y apostar a la desmemoria de una sociedad que los quitó del poder hace nueve años, pero no por ello los deslindó de su pasado.

Fallaron el golpe los priístas. Se equivocaron al escoger su objetivo. Vicente Fox no tiene cola que le pisen. El pecado de Vicente Fox, que tanto hace enojar a los señores del PRI, es que haya acudido al registro de Alejandro Zapata, candidato panista a gobernador en San Luis Potosí; y que el sábado pasado participó en un evento de jóvenes en Colima para respaldar a Martha Sosa, la candidata panista al gobierno de ese estado.

Y es que Vicente Fox está en campaña y va a estar con los candidatos del PAN en cada una de sus campañas. Lo dijimos hace tiempo: Vicente Fox forma parte del comité panista de planeación estratégica de nuestra campaña federal. Eso es justamente lo que espanta al PRI.

Pero eso es muy fácil de corregir. Es sencillísimo. Nosotros no vamos a dejar de apoyar a Vicente Fox. Fox tampoco va a dejar de apoyar las campañas del PAN. El PRI tiene al alcance de la mano una solución para emparejar el marcador, una medida fácil de poner en marcha, clarita: en lugar de buscar que Fox salga de la contienda electoral, mejor metan a los ex presidentes de la República del PRI para apoyar sus campañas de 2009. ¡Anímense, priístas valientes!

¿Pos no que él solo se defiende con su bocota?

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