Recursos públicos para el Centro Fox

El Centro Fox, que construyen el expresidente y su esposa Marta Sahagún en su rancho de San Cristóbal, Guanajuato, emplea a personal administrativo que en el sexenio pasado laboró en la residencia oficial de Los Pinos y que ahora le cuesta al erario 3.5 millones de pesos por año; mientras que efectivos del Estado Mayor Presidencial también son utilizados para resguardar esas instalaciones privadas que, según el PRD en el estado, servirán de sede operativa y de capacitación ideológica para un nuevo partido de ultraderecha

Yenise Tinoco / Rubén Darío Betancourt, fotos / Contralínea

Al menos 17 personas que laboran en las oficinas del Centro Fox cobran sus salarios con cargo a la Presidencia de la República, lo que representa un gasto anual del presupuesto federal por 3 millones 523 mil pesos, sin contar sueldos y haberes que perciben miembros del Estado Mayor Presidencial (EMP) que día y noche vigilan las instalaciones privadas y cuyo gasto el gobierno se niega a proporcionar.

Al final de un camino empedrado, entre casas humildes, la mayoría con pisos de tierra, en la comunidad de San Cristóbal en San Francisco del Rincón, Guanajuato, Vicente Fox construye, con una inversión millonaria, el centro que tiene por nombre su apellido. Financiado –asegura el expresidente– sólo con recursos de la iniciativa privada.

Donde estaban las caballerizas del rancho de la familia Fox, habitado por la madre del exmandatario hasta la muerte de ésta y hoy por su hermana Mercedes, Fox construye un megaproyecto que, según dice, será un espacio para el ejercicio académico, aunque durante su gestión como presidente de la República invitó a los mexicanos a no leer ni informarse.

Vestido con camisa azul a cuadros, pantalón café y zapatos lustrosos, el ranchero Fox camina entre la tierra, trabes, cemento, ladrillos y una treintena de trabajadores que no le dejan de silbar, mientras él recorre las instalaciones del centro, que en diciembre será inaugurado con la presencia del expresidente estadunidense Bill Clinton.

Protegido en todo momento por su jefe de escolta del EMP, el expresidente pierde su mirada en la media hectárea donde se construirá el centro y, al observar la presencia de un fotógrafo, señala con la mano lo que será la biblioteca del Centro Fox y que ahora es sólo un gran hoyo de más de 20 metros de profundidad, donde dice que concentrará los más de 4 millones de “documentos históricos” acumulados durante su mandato.

Indica escuetamente que el centro estará listo en diciembre, “y si no, ya saben”, advierte a sus acompañantes. Hasta ahora, el expresidente se ha negado a informar sobre el origen de los recursos que son utilizados para construir la biblioteca y el museo que llevan su apellido, y sólo asegura que es la iniciativa privada la que aporta el dinero para la obra.

Ana Teresa Jiménez, directora de marketing y comunicación del Centro Fox, explica que está financiado por importantes empresarios mexicanos, quienes a través de un patronato proveen de recursos a Vicente Fox para la construcción y administración del megaproyecto. Asegura que no se usan recursos públicos.

“Hay un patronato del que ahora no está permitido dar a conocer los nombres de sus miembros, pero en un futuro se informará”, y respecto a los recursos públicos que se pudieran estar utilizando en la construcción y logística del Centro, Jiménez agrega: “No hay nada, ningún recurso público”.


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