El Chapo, el capo que el PAN amó

La monstruosa impunidad en México impedirá que Vicente Fox y Felipe Calderón sean juzgados como cómplices de Joaquín “El Chapo” Guzmán, pero no hay modo de que escapen a un sustentado dictamen popular: Fue el capo favorito de los gobiernos del PAN.

La responsabilidad de Fox y Calderón con el narcotraficante recapturado por Enrique Peña Nieto no es sólo política, sino criminal: Ambos supieron en sus respectivas administraciones de la red que facilitó su fuga, el 19 de enero de 2001, y contribuyeron a la consolidación de su imperio delincuencial.

Los integrantes de esta red no sólo no fueron sancionados, sino que alcanzaron posiciones prominentes en los dos gobiernos, desde Santiago Creel y Jorge Tello Peón, secretario y subsecretario de Gobernación con Fox, hasta Juan Camilo Mouriño, Mario Arturo Acosta Chaparro –muertos ambos–, Guillermo Galván y Genaro García Luna con Calderón…

Con Fox, el gran impostor que ahora promueve la legalización de la droga y llama “zonzos” a quienes le reprochan la fuga, El Chapo tuvo toda la movilidad para que el cártel de Sinaloa –bajo el control de Ismael “El Mayo” Zambada y Juan José “El Azul” Esparragoza– pudiera extender su influencia en el territorio nacional, aunque con Calderón alcanzó ramificaciones mundiales.

Hasta donde se sabe, inepto hasta para eso, Fox no pactó con las organizaciones criminales y capos como El Chapo, pero quien sí lo hizo –y hay evidencias abundantes– fue Calderón, luego de que era ya evidente el fracaso bélico que instrumentó para buscar la legitimidad que no le confirieron los mexicanos.

El negociador de Calderón con los cárteles de la droga fue el general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro, acusado desde los sesenta de torturador y asesino, cuya misión fue convencer a los capos de disminuir la violencia que la estrategia generó, si bien la apuesta fue proteger a Guzmán.

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