Un nuevo gurú

El ex presidente, en una faceta darwiniana poco conocida, llegó a la conclusión de que tepocatas y víboras prietas tienen capacidad de aprendizaje. El hallazgo supone una aportación revolucionaria al estudio del mundo animal. Las alimañas van de regreso a Los Pinos porque, dijo Vicente, aprendieron su lección. Ver para creer. Fox, si mal no recuerdo, llamó a la ciudadanía a sacar a los priístas “a patadas” y ahora, una década después, pone la alfombra roja para que regresen. ¿De verdad los priistas de hoy son distintos a los del año 2000?

El PRI ganará el 2012, sentenció Fox. ¿Cuál lección aprendieron, en qué consiste? No lo sé. El esposo de la señora Marta no lo dijo y si lo hizo no capté la idea. Es más lo que el PAN dejó de hacer que lo que el PRI mejoró. Coincido en que el tricolor es claro favorito, pero hay razones poco abordadas que explican su fortaleza. La primera, que solemos perder de vista aunque es determinante, es un desgaste natural del partido en el gobierno después de dos periodos presidenciales. Sobreviene en todos lados una crisis de expectativas. Las cosas no salen como se esperaban. La gente vive igual o peor que antes. Los errores que el PRI cometió hace décadas se desdibujan, se hacen chiquitos, ante los errores cometidos por los panistas en los últimos años. Los nuevos votantes, menores de 25 años, eran adolescentes cuando las historias negras del priato aterraban a todos. Los que dan miedo ahora son los panistas. El desempleo, la pobreza y la violencia que nos afligen se le adjudican al PAN, sea justo o no.

Fox y Calderón son de lo mejorcito que ha dado Acción Nacional en toda su historia, pero no tuvieron presidencias exitosas. No digo que hayan sido un desastre. Cumplieron, sí, pero no de manera sobresaliente, pasaron de panzazo. La gente, en consecuencia, está lista para recibir baraja nueva. La opción natural sería el PRD, pero el sol azteca tiene demasiados negativos en su percepción. Además, cometió el error de no diferenciarse de la derecha; al contrario, se alió con el conservadurismo en un apareamiento antinatural.

¿Qué dejó de hacer el PAN? Tuvo dos sexenios para crear una estructura territorial que le asegurara un amplio voto duro y no lo hizo. No quiso, no pudo o no se le ocurrió, todavía no resuelvo el misterio. Una cosa es privilegiar el discurso del partido “ciudadano” y otra, muy diferente, holgazanear. Los dirigentes se echaron a la hamaca. Tuvo tiempo y recursos para hacer la talacha política, pero no la hizo. Tuvo inercia ganadora para acrecentar su militancia y se conformó con contratar a los niños más aplicados del ITAM para hacer lo que hacían los burócratas priistas que pasaron de noche por las universidades. Pudo crear cuadros sobresalientes, generar las condiciones para el desarrollo de la personalidad de sus aspirantes presidenciales, pero Calderón mantuvo a todos en el sótano oscuro durante años. Hoy que les da la luz parecen vampiros al mediodía.

Los errores de comunicación social del gobierno panista no tienen parangón en la historia moderna. No conozco a nadie, ni siquiera entre los colegas de la prensa, que diga de corrido los nombres de los integrantes del gabinete presidencial. La decisión de privilegiar lealtad sobre capacidad generó en este sexenio nombramientos bizarros de ex profesores o compadres. Un cuate de la bohemia apareció de un día para otro despachando en la oficina principal del Palacio de Cobián. Así no se puede.

Lo único diferente que los priistas han hecho en la última década es no pelearse entre ellos, al menos no entre los dirigentes nacionales, porque a nivel local siguen con sus pleitos. En varios estados se dieron hasta con la cubeta, generando rupturas que representaron triunfos sonados para la oposición. Si eso de la unidad les alcanza para tener 30 puntos de ventaja en las encuestas de preferencias electorales, es más por errores de los adversarios que por aciertos propios. Lo que nos lleva a una última reflexión: el PRI regresará a Palacio Nacional si no incurre en errores garrafales. Ese es, por cierto, el secreto del éxito del gobernador Enrique Peña: comete pocos errores.

Juan Manuel Asai
Opinión


Comentarios

Entradas populares